jueves, 30 de julio de 2015

La pedida de mano



No había escrito sobre la pedida de mano, pero para casarse no es imprescindible, aunque reconozco que a mí me hacía ilusión. No el anillo en sí, ni el lugar, solo la compañía y las ganas de sorprender y hacer la pregunta mágica.

Llevaba un tiempo con la idea de querer dar el paso puesto que ya estábamos viviendo juntos, pero llegó cuando menos lo imaginaba.

Es cierto que bromeaba con la cantidad de pedidas que se estaban dando en la Torre Eiffel en París, y yo decía que antes de que me lo pidiera en la Torre Eiffel, prefería la Fontana de Trevi en Roma, puesto que me enamoró desde la primera vez que la vi con 16 años y dije que si pudiera me la llevaba a la terraza de mi casa. Y es que en ese viaje de estudios, al verla, pensé que es un sitio que hay que ver con tu pareja, y sentí algo especial, algo que me envolvió, una magia que viviría 11 años después.

Pero claro esto era hablar por hablar, ni me lo planteaba. Hubiera sido especial una pedida en la playa, en el pueblo donde comenzó nuestra historia, en un restaurante, en cualquier escapada, en casa... repito... cualquier sitio con tal de estar los dos.

Pero a veces los sueños se hacen realidad, sobre todo si hay alguien dispuesto a cumplirlos para verte sonreír, así que un día después de cumplir los 26 me vi al lado de aquella fuente, con él arrodillado y diciendo las palabras más bonitas que me podía decir.

Todos los detalles los teneis AQUÍ

2 comentarios:

  1. ya llegué...vosotros os sorprendéis mutuamente muchas veces pero ésta vez Sergio se lo curró de verdad.Si hasta a mí se me escaparon lagrimillas viendo cómo te pedía matrimonio.Os quiero.bs

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  2. Hola guapa
    Jo que bonito, me encanta!!
    Ojalá yo tenga algo así
    Un besazo

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